Texto y fotos: G.Blasky Studio
Cualquier espectador atento a los cambios de registros expresivos que se suceden frecuentemente en la génesis pictórica de Jesús Lara Sotelo,es capaz de notar, que si algún género funciona como “cronista” de estos 30 años de su carrera artística, ese género es la abstracción.
Las piezas escogidas para participar en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo Porte de Versailles tienen un elemento en común: pertenecen a series mayores, con sus pluralidades estilísticas y de contenido. Más, el sentido de la continuidad y los nexos visuales que rezan como patrones inherentes a estas, dan fe de un lenguaje orgánico, intimista y equilibrado, que regresa sobre sus hallazgos expresivos para dinamitar cualquier vestigio de rutina reiterativa. Es un ejercicio donde mirar de forma diferente lo mismo, deconstruir lo conocido y volverlo a construir.
En Borrasca carnal (2007) notamos una figura rica en materia pictórica, con sucesivos y gruesos empastes a modo de salpicaduras sobre el lienzo. La consistencia que el óleo le imprime a las texturas es un recurso que Lara venía explotando paralelamente, en las pinturas de paisajes (1998-2008).
Borrasca pacta con el paisajismo de esta época en la estructura compositiva aunque los elementos visuales respondan más al lenguaje abstracto. Igualmente, la forma es solo un puente, un medio para expresar ideas, en este caso, relacionadas a las interioridades humanas y la artificialidad de la existencia, tema que dio lugar a la exposición In Vitro (2008) donde fue expuesta por vez primera.
In Vitro fue el primer escenario de exposición, también, de las esculturas de Sotelo. Figuras volumétricas de mediano formato se hallaban al límite de la figuración-abstracción. Poliedros abruptos, estructuras contrapuestas básicamente trabajadas en hierro y en madera, anteceden a Toro, otra de las piezas que participará en la mencionada Feria.
Las texturas ensambladas de la escultura S/T de la serie Árbol libre de veneno (2019), con la cual Sotelo inauguró la galería/taller IRLA en la ciudad de Sevilla, recuerdan a los bultos escultóricos de la muestra Make Bacon (Convento San Francisco de Asís, 2010) y a esa ductilidad de la tela prensada, manipulada, transgredida, ampliado su espacio compositivo como si en realidad fueran bultos humanos (título de la serie).
La pieza reconecta con aquello que el crítico Pedro de Oráa (Premio Nacional de Artes Plásticas) anuncia desde 2008:
en la obra tridimensional, el artista quiere mostrar la agresividad de lo versátil y numérico de la parafernalia habitual del ser urbano.
En efecto, S/T dialoga con la tradición taurina española y con las figuras bestiales del imaginario artístico de Lara Sotelo quien desde 2011, incorpora la figura del toro en litografías, dibujos y fotografías.
Dentro de esta imaginación, rica en contenidos, se halla Aura iridiscente, que pertenece también a Árbol libre de veneno. La cuidadosa porosidad en la superposición de materias y tonalidades surgiere violencia en el gesto pictórico y remite a contenidos que no están expresos en la forma. Son experiencias que, siendo estéticas, sobrepasan el goce y reflejan diferentes dimensiones de experimentación del cuerpo, los sentidos, la realidad y el lenguaje. Algo que ocurre, igualmente, en Intersección. Esta última, perteneciente a la serie White inside (2018-2019) con la que el artista participó en ferias como Art Marbella y Affordable Art Stockholm (2019).
White inside es símbolo de una etapa prolífera creativamente. En ella, Lara arraiga su voz autoral mientras se aleja de las representaciones convencionales de la realidad con la pintura, consolidando un arte profundamente interdisciplinario. Paisajes, retratos, abstracciones, así como poemarios aún inéditos tuvieron lugar en este periodo en el que sobre todo, exposiciones como Espacio vital (mayo), Tráfago de junio (junio), Árbol libre de veneno (noviembre) abrieron un margen de visibilidad mayor tanto en el panorama del arte cubano como europeo del año 2019.
Intersección condensa ese espíritu revitalizador y lo amalgama en el lirismo de texturas que se acomodan en un collage de líneas que bailan. La armonía compositiva hace un guiño a las abstracciones de series de los años 90 como Strong emotions, Quien sopla roe, Catarsis y otras alucinaciones. Sin embargo, Lara lo rompe todo, empieza de cero, mete el cuerpo, se arriesga siempre. ¿Qué otra cosa es la creación?(Rufo Caballero, Doctor en ciencias del Arte).
Hay, en definitiva,un sentido de búsqueda fluida y renovación en la obra de Lara, una relación simbiótica y espiritual con el mundo que no se desentiende de la fidelidad a la trayectoria artística. El lenguaje abstracto ha documentado este devenir introduciendo en los cuadros una dimensión viviente, la del tiempo. Vivamos pues, estas vibraciones, cohesiones y afinidades que se dejan leer en esta cita propiamente temporal del arte contemporáneo en Francia.
#Galeríagaudi en la #Feria #Internacional de #Arte #Contemporáneo en París , del 31 de Enero al 2 de Febrero 2020
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