Por Astrid Barnet
“¿Qué es lo real maravilloso para usted? ¿Está incluido en su obra?
“Seguramente. Todos los cubanos somos el resultado de una herencia de secular e infinito aprendizaje, lo que convoca finalmente a ser selectivo. Y en este nivel de selectividad nos reconstruimos como seres sociales, como individuos, capaces de asimilar diferentes parámetros relacionados con la cultura. Igualmente, la existencia de lo real es fundamental, el análisis gnoseológico, etnológico, filosófico, poético de lo maravilloso también habita entre nosotros al desprenderse de esa realidad y, en específico, de esa parte luminosa y bella que tiene la existencia. Todo esto como resultado de un espíritu que se ha enriquecido, engrandecido y madurado”.
Así expresó en contacto exclusivo con este Sitio Web el prestigioso artista de la Plástica y escritor Jesús Lara Sotelo, en Espacio Crítico, tertulia efectuada en la habanera sede del Centro Cultural Dulce María Loynaz, la que reunió a intelectuales cubanos como la investigadora literaria Cira Romero; al narrador, profesor y crítico, Francisco López Sacha; a los narradores y poetas Marilyn Bobes y Jesús David Curbelo y, en calidad de invitado, al novelista y crítico Alberto Garrandés.
En esta oportunidad Como nubes y ovejas: la obra lírica de Jesús Lara Sotelo, dio título a Espacio Crítico –espacio convocado mes tras mes por el Instituto Cubano del Libro en dicha sede cultural–, para comentar los títulos publicados por el connotado artista y poeta, “que suman ya once, en poco más de un cuarto de siglo de escrituras, en especial de poesía, además de un folleto de relatos y dos de aforismos”.
En otra parte de su entrevista, Lara Sotelo afirmó que: “En lo que a mí respecta tanto en mi obra pictórica como literaria he tratado de enlazar muchos elementos. De hecho en cada una de ellas existe un espíritu de comunidad de querer abarcar la diversidad, concepto que no cobra vida hasta tanto no se impregne en la mente, en el colectivo en general, y comience a funcionar. Por ejemplo, yo trato de hacer una obra que refleje los mundos en los que vivo y entiendo, sus paralelismos y diferenciaciones y siempre consciente de que la realidad es una interpretación del individuo extendida y masificada luego. Sin embargo, la realidad es inapresable, todo está sujeto al nivel de comprensión y conocimiento que el hombre tiene sobre el mundo y acerca de él mismo y es a partir de aquí que va creando la verdad o la versión más próxima a su propia realidad, o a lo que también calificará como verdad”.
Por su parte y, durante su intervención, el reconocido crítico y escritor Jesús David Curbelo destacó, entre las obras de Lara Sotelo, El escarabajo de Namibia, Poemas capitales, Poemas de Berlín y Jesús Lara Sotelo, el artista de las posibilidades, este último de Alberto Garrandés, “libros que se entrecruzan con otros y que considero reactualizaciones o revisitaciones de grandes momentos de la cultura, al tratar de captar durante las épocas en que fueron escritos el espíritu del entorno de la mejor manera posible en relación con el uso del lenguaje. Y es que, al final, la larga carrera de la Literatura no es otra cosa que pasar esa antorcha, y los autores –van pasando las épocas y con ellos, determinados estupores del público receptor y de la crítica, a veces equivocada de muchas maneras–, poder develar determinadas zonas donde en ocasiones no se mira para buscar determinadas particularidades que, en el caso de Lara, lo hacen para mí un autor sumamente interesante”.
El profesor y crítico Francisco López Sacha confesó que existe una imagen del Autor que “me persigue y que descubrí al leer El escarabajo de Namibia (…) imagen que me obsesiona en cuanto a necesidad expresiva de ir dinamitando zonas aviesas del lenguaje, e ir colocando pequeñas cantidades de calor a lo largo de esa producción. Algo que pudieran ser, en un principio, los aforismos, los textos más pequeños, las pequeñas sentencias, de aquello que estaba condensando la masa de lo que sería después el estallido de su poesía”.
Historia con Mulata Berlinesa
Ella era una mulata berlinesa y yo un negro de Centro Habana.
Nos conocimos en un bar y conversamos del arte del siglo XVIII.
Me dijo que nació el mismo día en que una multitud enardecida
comenzó a derribar a martillazos el célebre muro de la ciudad.
Su padre, blanco, tenía una lavandería que administraba
junto a su mujer haitiana en cuyos ojos brillaba un dragón chino.
Nos fuimos a un hostal extrañamente llamado Mauritania.
El dueño, antes de darnos la llave, nos habló del Mar Negro.
Dijo que los romanos lo nombraban Pontus Euxinus
y en él abundan las tormentas en invierno y el esturión.
Al cabo de unas semanas volamos a la ciudad de Matanzas
para una noche mitos y ceremonias que ella leyó en un catálogo.
En Berlín, ya no hay muros pero sí cabezas rapadas,
me dijo achicando los ojos donde brillaba un lejano dragón chino.
(Del poemario A dos manos. Poesía, Colección Sur)
http://www.uneac.org.cu/noticias/lo-real-maravilloso-en-jesus-lara-sotelo