Sobre Días invisibles
(Editorial Oriente, 2009)
Se podría hablar de realismo sucio, se podría (como en cierto sentido lo he hecho) recordar lo que de más placentero, de más creativo creo yo, derivó de eso que se llamó el neobarroco, se podría por supuesto enfocar el gran pornógrafo (y lo digo como un cumplido) que se revela Alberto Garrandés en esta novela. El que diga que poco importan las escenas sexuales estará mintiendo. Y hasta se podría citar a Bataille, o acudir a los teóricos de lo queer, y “queerizar” hasta las comas de la novela. Vuelvo a insistir en mi punto, sin embargo. Días invisibles es, ante todo, una novela para disfrutarse, una novela con un sentido de humor y un “grafismo” (porno y no porno) que es casi como un paseo de taxi (al garete) por esa Habana imaginaria (pero no tanto) que sólo un escritor de la generación y calibre de Alberto Garrandés podría haber pintado con tantos colores. Y en lo que escribo eso me recrimino, porque no de realismo, ese que se llama realismo, no de “representar a Cuba” se trata. De pronto, trama y escenario en sí mismos no son sino una excusa para hacer reír, para hacer gozar. Y tal vez por eso es que Días invisibles se nos presenta como una novela tan disfrutable. Una novela que parece haber aprendido lo mejor de la tradición literaria cubana, sin necesariamente caer en las mallas de los (a veces aburridos, a veces inevitables) compromisos de otrora, y que cumple a la perfección lo que, entiendo yo, es la función principal de la novela: el verter lento de placer que “es, en un punto, el mismo que el de la angustia.” Mis cumplidos.
Ingrid Robyn, ensayista brasileña.
Sobre Las nubes en el agua –
Premio Italo Calvino 2010 (Ediciones Unión, 2011; Bokeh, Amberes, 2015):
Así como existe la etiqueta Cine de Autor, conviene también hablar, a propósito de Alberto Garrandés, de Narrativa de Autor. Recordemos sus anteriores libros de ficción: en ellos Garrandés no recurría a los acuerdos ya existentes entre el escritor y el lector, sino que intentaba crear su propio pacto, demandaba de los lectores una nueva disposición, aplicable solo a él, válida para leerlo a él y a nadie más. Habría que preguntarse, entre paréntesis, de cuántos narradores cubanos vivos podríamos decir lo mismo.
Por eso, está fuera de lugar preguntarse si Las nubes en el agua es una novela “lograda”, “resuelta”, “bien hecha”, superior o inferior a otras o de mayor o menor calidad literaria. Estas nociones, me temo, son demasiado capitalistas. Las nubes en el agua es, ante todo, una novela de Garrandés: un texto que funciona muy bien, entre otras cosas porque funciona de otra manera, desde otro espacio, con otros rigores y otros desafíos, con otras leyes y otra economía creativa.
Las nubes en el agua es una novela que se opone radicalmente a las inercias de nuestra narrativa actual. No creo que se pueda decir nada mejor.
Jorge Enrique Lage, narrador.
Sobre Fake
(Hypermedia Ediciones, 2016):
Fake se nos presenta primordialmente como una hipótesis de un suceso adscrito antes a la historia de la literatura que al terreno de la ficción. Tiene que ver con la estancia del poeta Lord Byron en una mansión ginebrina, y de sus evoluciones sensuales junto a un grupo de ilustres amigos. Al emprender esta intuitiva reconstrucción de la conducta de los huéspedes de Villa Diodati, Alberto Garrandés se enrola en un juego paratextual, —parahistórico, si se me permite el apurado término—, y su libro insinúa dos o tres metáforas sobre la creación, el dolor y cierta condición patética de eso que seguimos llamando posmodernidad.
Fake puede ser visto, sin duda, como un make-believe, como el engaño que anuncia su título, pero esa sinceridad de quien nos advierte sobre su intención de representar nos propone tantos recorridos interpretativos que terminamos asombrándonos de esa capacidad para adecuar la fábula a cualquier propósito.
La ansiedad y el rencor con que se asume el cuerpo en esta novela modelan un ritual del deseo asediado por algunas supersticiones, por cierta tendencia a la frustración, de la que se escapa, curiosamente, gracias a la noble crudeza del narrador. A pesar de nuestra predisposición, el erotismo de Fake no se cansa de sorprendernos. Al parecer, el enclave lacustre que gobierna a sus personajes les infunde un desafuero que hasta el instante de encontrarse allí les era desconocido. O tal vez no sea el paisaje, sino la identidad que tratan de suplantar.
De cualquier modo, y dando por sentada la creencia de que los clásicos nunca desisten de interrogarnos desde su ventaja en la posteridad, Alberto Garrandés se atreve a responderles con una gracia que muchos no están en condiciones de exhibir.
Rogelio Riverón, narrador y ensayista.
Sexo de cine.
(Ediciones ICAIC, 2012 – Premio de la Crítica, 2013).
Sexo de cine no es únicamente un libro en donde Garrandés se propuso hablar de sexo y cine, de películas en las que el sexo estalla o implosiona de maneras diversas, o “de un tipo de sexo que sólo existe gracias al cine y su condición de artificio imantado dentro de la cultura”. Su estructura no es un monolito de puro fierro, es el fragmento o la esquirla la unidad primaria.
Sexo de cine aparenta ir únicamente al sexo —explícito o subliminal— en el Séptimo Arte, a la entrega total de los individuos en el escenario donde tiene lugar el amor, el sexo, y a los símbolos o construcciones simbólicas que el individuo ha ido creando y modulando en su devenir. Soy ingeniero mecánico, o fui. Los automóviles son una de mis pasiones; mi formación técnica me es muy útil para definir este libro: Sexo de cine es uno de esos SUV o todoterrenos de lujo: potencia, rapidez, exactitud, multiplicidad, incluso levedad. Sexo de cine como un Land Rover Discovery, BMW-X6, o como el Porshe Cayenne. Y si establezco tal comparación es porque este conjunto de ensayos no trata solo de cine o sexo de cine; es en extremo endemoniado, sus líneas de fuerza atraviesan también los terrenos de la política y lo político cuando hace referencia al ejercicio del poder y los excesos o perversiones de ese poder, la fragilidad de la vida humana, las libertades del deseo (el deseo como algo verdaderamente revolucionario —potenciar la fuerza de actuar, las ganas de vivir).
Garrandés va a por más y habla de las máscaras, del carnaval, de los aparentes límites del sexo, de lo que nos atrevemos a decir y narrar sobre él, y en especial de lo que callamos; de cómo el individuo arriba al sitio en que verdaderamente se expande y llega a mostrarse en su real magnitud e intensidad. Este 4×4 se adentra incluso en los movedizos predios de la literatura, dejando como clara huella de su paso (¿una suerte de guía o camino a seguir para evitar atascamientos?) las siguientes nociones o dispositivos básicos para la ficción: verdad artística, verdad factual, verosimilitud y rendimiento estilístico. Y como si fueran pocos los terrenos explorados por esta elegante máquina de análisis, Sexo de cine se aventura en los intersticios del individuo, en sus agenciamientos, en los dispositivos desde los cuales se proyecta.
Ahmel Echevarría, narrador y crítico.
Body Art
(cuentos, Editorial Letras Cubanas, 2014)
Body Art es un auténtico ejercicio de contención escritural y un espléndido juego de artificios y extrañeza. El lector deviene voyeur frente a sus páginas, que son un mapa del cuerpo ficcionado y una cartografía de lo inaudito en tanto límite para ser cruzado. Metáfora de lo irrepetible, este volumen muestra ciertos espacios de perturbación. Body Art formula un experimento: diez arriesgados textos donde el deseo de subvertir se transforma en intención de cautivar. Trampa y espejo, esta nueva colección de cuentos de Alberto Garrandés busca la extraterritorialidad del lenguaje, y, sobre todo, tiene el propósito de conducirnos a ese lugar donde se está un poco más cerca de los dioses y un tanto más lejos de la realidad. Y viceversa.
Raúl Flores Iriarte, narrador.
Ficha curricular breve.
Alberto Garrandés (La Habana, 1960) es narrador y ensayista. En estos años ha publicado Sexo de cine (Ediciones ICAIC, 2012, Premio de la Crítica en 2013), Body Art (cuentos, Editorial Letras Cubanas, 2014), El ojo absorto (ensayos, Ediciones ICAIC, 2014), El sueño de Endymion (ensayos, Ediciones Matanzas, 2015), Una vuelta de tuerca (ensayos, Ediciones ICAIC, 2015), y Capricho habanero – Corte del director (novela, Editorial Ácana, 2015). Las editoriales Letras Cubanas y Arte y Literatura dieron a conocer recientemente su novela Demonios (Premio Alejo Carpentier 2016) y Diálogos con los muertos y otros ensayos, respectivamente.