Por: Ahmel Echevarría, narrador y crítico.
Foto: G.BlaskyStudio
Sexo de cine no es únicamente un libro en donde Garrandés se propuso hablar de sexo y cine, de películas en las que el sexo estalla o implosiona de maneras diversas, o “de un tipo de sexo que sólo existe gracias al cine y su condición de artificio imantado dentro de la cultura”. Su estructura no es un monolito de puro fierro, es el fragmento o la esquirla la unidad primaria.
Sexo de cine aparenta ir únicamente al sexo —explícito o subliminal— en el Séptimo Arte, a la entrega total de los individuos en el escenario donde tiene lugar el amor, el sexo, y a los símbolos o construcciones simbólicas que el individuo ha ido creando y modulando en su devenir. Soy ingeniero mecánico, o fui. Los automóviles son una de mis pasiones; mi formación técnica me es muy útil para definir este libro: Sexo de cine es uno de esos SUV o todoterrenos de lujo: potencia, rapidez, exactitud, multiplicidad, incluso levedad. Sexo de cine como un Land Rover Discovery, BMW-X6, o como el Porshe Cayenne. Y si establezco tal comparación es porque este conjunto de ensayos no trata solo de cine o sexo de cine; es en extremo endemoniado, sus líneas de fuerza atraviesan también los terrenos de la política y lo político cuando hace referencia al ejercicio del poder y los excesos o perversiones de ese poder, la fragilidad de la vida humana, las libertades del deseo (el deseo como algo verdaderamente revolucionario —potenciar la fuerza de actuar, las ganas de vivir).
Garrandés va a por más y habla de las máscaras, del carnaval, de los aparentes límites del sexo, de lo que nos atrevemos a decir y narrar sobre él, y en especial de lo que callamos; de cómo el individuo arriba al sitio en que verdaderamente se expande y llega a mostrarse en su real magnitud e intensidad. Este 4×4 se adentra incluso en los movedizos predios de la literatura, dejando como clara huella de su paso (¿una suerte de guía o camino a seguir para evitar atascamientos?) las siguientes nociones o dispositivos básicos para la ficción: verdad artística, verdad factual, verosimilitud y rendimiento estilístico. Y como si fueran pocos los terrenos explorados por esta elegante máquina de análisis, Sexo de cine se aventura en los intersticios del individuo, en sus agenciamientos, en los dispositivos desde los cuales se proyecta.
Alberto Garrandés (La Habana, 1960) es narrador y ensayista. En estos años ha publicado Sexo de cine (Ediciones ICAIC, 2012, Premio de la Crítica en 2013), Body Art (cuentos, Editorial Letras Cubanas, 2014), El ojo absorto (ensayos, Ediciones ICAIC, 2014), El sueño de Endymion (ensayos, Ediciones Matanzas, 2015), Una vuelta de tuerca (ensayos, Ediciones ICAIC, 2015), y Capricho habanero – Corte del director (novela, Editorial Ácana, 2015). Las editoriales Letras Cubanas y Arte y Literatura dieron a conocer recientemente su novela Demonios (Premio Alejo Carpentier 2016) y Diálogos con los muertos y otros ensayos, respectivamente.