Sobre Third Grade
Por: Alberto Marrero
Foto: GblaskyStudio
Para captar los mensajes subliminales de Third Grade, se necesita una buena dosis no de paciencia, como suele decirse, sino de celo, o más bien de rigor durante la lectura. Lo he dicho en otras ocasiones: Lara no es un escritor que regale imágenes por gusto, que derrame palabras como brochazos en un lienzo.
Su poder de asociación rebasa las conexiones habituales de las cosas y nos pone en otro grado de cordura. No se aferra a sitio alguno y ahora lo vemos aquí y luego allá, en ciudades muchas veces fantasmales, arrasadas por la desidia humana, sin importarle lógicas de movimiento o de paisaje. Nada de localismos y folklorismos banales. Para él todo es un mismo lugar: la tierra con sus conflictos, desgarraduras, esperanzas y paradojas infernales. Manipula el tiempo y el espacio a su antojo. Cualquier idea le sirve para engendrar otras más atrevidas, aunque puedan parecer absurdas. El lector inteligente comprenderá que su capacidad para construir puentes peatonales es asombrosa.
¿Ascender al tercer grado es un juego o un examen terrible? Descífrelo usted mismo.
Hasta aquí mis comentarios, fruto del conocimiento o de la cercanía que tengo con este autor. Los verdaderos críticos podrán refutar, o en el mejor de los casos completar mis consideraciones, que no son otra cosa que la opinión contaminada de otro poeta en franco contubernio con la poesía y con el amigo, ¿por qué no?
Perplejo
Mi actitud proviene de una rabia aplazada.
Pero ¿de dónde sopla el viento de la costa?
El plan de mi muerte ha sufrido numerosos cambios.
La muerte no es una boca racional
y evita los espejos.
Puedo triunfar cruzando un río
como si fuese real.
¿De dónde sopla la realidad
que anula el triunfo en la otra orilla?
En un promontorio de la costa
veo llegar el viento que dispersa
toda posible permanencia.
Las elecciones del agua
La piedra cae en el centro del agua
y engendra círculos que mueren en la orilla.
La existencia es una sucesión de círculos efímeros
(elijo aquellos que van a parar a mis pies mojados).
A ratos la impaciencia me lleva a lanzar varias piedras.
Visita
En la antigua estación de trenes
de la ciudad de Michigan,
todavía se escuchan crujidos de rieles
y se respira la ojeriza del diesel quemado.
En una ilustración del Detroit Gazette
he visto el fin de la ruta de los trenes
y zapatos rotos tirados en las vías.
Sangre social
A veces sangro por la nariz.
La sangre control es un término
utilizado en el universo ficticio
de la serie animada de televisión Avatar:
La leyenda de Aang y La Leyenda de Korra
abundan en el tema con apetito demencial.
Se dice que al pulir esta técnica
puedes controlarlo todo.
Debo tener más cuidado
con los rascacielos y cementerios
que inhalo sin autonomía.
Debo evitar los robos desde
mi Smartpone de Androide
y activar un nuevo dialecto.
Hablar de boca en boca
es casi paranormal en este siglo,
pero es más confortable y seguro
para evitar las prensas coloridas
y las estadísticas de Forbes.
A veces sangro un líquido amarillo
que atribuyo al exceso de girasoles en mi vida.
El control provoca vidas ficticias
y un sangrado netamente social.